Realización de texto e imagen para el blog literario 'Provinciana' / Text and illustration made for the literary blog Provinciana
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Hola, extraño
Bailar con extraños en la calle es algo que hago todos los días, estoy segura de que tú también.
La realidad es que nos pasamos más tiempo rodeado de personas de las cuales no vemos mucho más que su rostro (y en diversas ocasiones hasta eso es difuso) que gente que verdaderamente conocemos. En el ir y venir de todos los días nos juntamos con una cantidad incontable de personas, algunos ya tenemos como habituales en el repertorio de caras, otros pasan desapercibidos.
Me gusta la honestidad y es por eso, querido extraño, que te digo que estoy enamorada de ti en todas tus formas: en las que me causan ternura y aún en las que, aunque odie aceptarlo, me causan un poco de repulsión. Estoy completamente obsesionada y fascinada por todos los cuerpos que habitas aún si no todos los días te llego a dar toda la atención que me gustaría. Cuando sí lo hago me encanta tener diálogos silenciosos de miradas, de pequeños gestos. Meterme en la vida del otro aunque sea por un par de latidos del corazón, de manera no relevante. Quizá ni siquiera volverme una anécdota pero sí una pincelada en la obra de alguien más. Me pierdo en las historias que podrían salir de una vida como la tuya, en lo que podrías contarme, en la manera única que tienes de ver al mundo.
Lo silencioso es algo que disfruto, pero lo que me resulta más interesante son las palabras. Es que si de por sí no hablamos mucho con los que conocemos, a los extraños a veces no les regalamos la aceptación o confirmación de la existencia. Pruébalo, saluda a un extraño hoy, aunque sea al colectivero, y hazlo con emoción, como si lo conocieras, mirando a los ojos y con decisión en la voz. Con esa convicción que le regalas sólo a quien conoces desde siempre, a esa persona que se ganó tu transparencia por años transcurridos e historias escritas entre ustedes, háblale así a un extraño. No sólo es raro para el que recibe el saludo, sino que a veces hasta se escandalizan: “¿Por qué me saluda? ¿Qué le pasa? ¿Estará bien de la cabeza?”. No crear, entonces, una pincelada sino una mancha, una anécdota, ser el final de una conversación que inicia con “No sabes lo que me pasó hoy en la mitad de la calle…”.
Versión completa: https://provinciana.wordpress.com/2015/08/13/extrano/#more-297